Nos preparamos para festejar los 125 años de nuestra ciudad.
Recogimos anécdotas.
Algunas de ellas...
¡VAMOS,
VAMOS!
Jorge Artús
durante muchos años repartió leche en un carro que era cinchado por un caballo.
Cada vez que salía a hacer el reparto le decía “Vamos; vamos” a su caballo y
así éste salía.
Por el año
1990 decidió cambiar su caballo por una bicicleta.
Era tal la
costumbre de decir “Vamos; vamos” que cuando subía a su bicicleta Jorge decía
“Vamos; vamos”. Después se dio cuenta
que ahora, quien cinchaba el carro era Él, dando pedal a la bicicleta.
LA FORCHELA
Allá por el
año 1985, mi abuelo Pototo tenía una forchela.
Se le había
roto el diferencial, por lo cual él la desarmó para arreglarla.
Mi papá era
chiquito y lo observaba…hasta que la armó de nuevo. Puso la marcha atrás para
salir del galpón, ¡pero salió para adelante!...y ¡se chocó el galpón!
Papá, el tío
Enrique y la abuela Mabel corrían y gritaban porque pensaban que los chocaba.
Se rieron
mucho cuando se dieron cuenta que mi abuelo
había hecho las cosas al revés.
Mi abuelo
tuvo que volver a desarmar…
LAS ESPINAS
DE CARDO
Mi papá nos
contó que cuando él era chiquito y vivía en el campo, un día el abuelo Edmundo
lo mandó a buscar los terneros al fondo del campo.
Como todo
niño le gustaba andar muy rápido a caballo, entonces cuando se alejó de la casa
salió a todo galope, y con él todos los perros.
En el campo
había una vaca con un ternerito chiquito y cuando vio venir a todos los perros
salió corriendo hacia donde estaba su ternero. Se le cruzó adelante a mi papá
que iba a todo galope y él se la pechó, quedando la vaca y la yegua en el
suelo. Papá cayó sentado arriba de un gran cardo blanco.
Como veían
que papá demoraba mucho, el abuelo mandó a mi tío Julio caminando a ver qué
pasaba.
Cuando el tío
lo alcanzó vio que venía caminando despacito con la yegua de tiro. Papá le
contó lo que había pasado y el tío le dio un reto; se subió a la yegua y lo
hizo subir con él saliendo al trote…Papá no sabía cómo sentarse, se apoyaba en
la yegua con las manos…porque estaba todo lleno de espinas.
EL AUTO CAPRICHOSO
Don Elbio se levantaba temprano todos los días. Realizaba
sus tareas siempre igual como la de aprontar el mate e ir a la panadería. Pero
ese día el auto no le arrancó.
-¡Eh, caramba! ¿Qué pasa?, ¡qué lo trió! Tendré que ir a
lo Lulé (su yerno).
Fue a buscarlo. Enseguida vino su yerno y abrió el
garaje…el auto salió rápido.
Don Elbio le preguntó: -¿Qué le hiciste?
Lulé le contestó: Sólo abrí el garaje…
29 de julio: Visita del Mtro. Rolando Geymonat.
Reconocido artista que nos brinda la oportunidad de conocer más nuestro entorno gracias a sus cuadros.
Hoy nos enseñó a dibujar un ombú, un símbolo de nuestra ciudad.
¡Gracias Rolando!